La huella y la mochila ecológica

La huella y la mochila ecológica

¿Conoces lo que significa la huella ecológica?, pero ¿conoces lo que significa la mochila ecológica? Hoy vamos a hablar de estos dos conceptos ambientales que tanto se usan en el ecodiseño.

 

La huella ecológica es un indicador del impacto ambiental, generado por la demanda que hacemos de los recursos existentes en los ecosistemas del planeta, y relacionándola con la capacidad de regeneración de estos recursos, por lo tanto, la huella ecológica calcula la cantidad de terreno y área oceánica necesaria para mantener y absorber nuestros residuos.

 

Y el otro indicador, quizá menos conocido,es la mochila ecológica, que la definimos como la cantidad de materiales utilizados en la elaboración de un producto a lo largo de todo su ciclo de vida: extracción de las materias primas, fabricación, envasado, transporte y tratamiento de los residuos que genera.

 

Podemos hacer una comparación con un iceberg. Un producto es como un iceberg: lo que no se ve, lo invisible, pesa mucho más que lo que se ve, el producto, por lo que aunque creamos que al comprar un producto únicamente estamos consumiendo ese trozo de plástico, motores etc., estamos consumiendo mucho más.

 

Por ejemplo, para hacer una lata de refresco se necesita primero extraer la bauxita de la mina, transportarla hasta la fábrica donde se procese, una vez allí hay que fundirla (mucho gasto de energía), laminarla para crear una bobina, la cual se pasa por una prensa que la troquela y embute. Además hay que añadir la decoración y el lacado exterior, la limpieza y protección interna...

 

Hay que sumar también la energía que se utiliza para transportar el aluminio de unas fábricas a otras, ya que no todos los procesos se suelen realizar en las mismas fábricas. Y el transporte a la planta donde se rellena la lata, y al supermercado donde tu la vas a comprar.

 

Como dijo el investigador del Instituto Wuppertal, Friedrich Schmidt-Bleek, en 1994, la mochila ecológica viene a ser lo mismo que “Desde la cuna hasta la tumba”.

 

Otro ejemplo, para fabricar 100 kg de papel se requiere talar 1,5 árboles de 25 metros de altura y 20 centímetros de diámetro y en el proceso se gastan casi 100.000 litros de agua limpia.

 

Nosotros como consumidores, debemos intentar aportar nuestro grano de arena a este sistema de producción insostenible. Uno de los consejos que podemos seguir son los siete Rs: reflexionar, rechazar, reducir, reutilizar, reciclar, redistribuir y reclamar, y conseguir que la mochuila ecológica sea cada vez menor.

  • Comparte el post

Más 2S